El sol es muy bueno para la salud, pero también es responsable de distintos daños en la piel si se toma en exceso. Es importante encontrar el equilibrio perfecto entre los efectos beneficiosos que tiene y los dañinos.
En verano estamos más expuestos al sol y, aunque es beneficioso por su contenido de vitamina D, puede influir negativamente. El fotoenvejecimiento, la deshidratación, la aparición de manchas y la falta de luminosidad son algunos de ellos.
1. Fotoenvejecimiento en la piel
¿Sabías que el exceso de sol daña tu piel y provoca el fotoenvejecimiento? Se refleja en la piel a través de la aparición de arrugas y líneas de expresión más profundas. La radiación ultravioleta es la causa principal del surgimiento de arrugas precoces, ya que rompe el tejido conectivo de la piel que se compone de colágeno y fibras de elastina.
2. Deshidratación
El sol es una de las razones principales de la deshidratación de la piel. Si quieres presumir de una piel hidratada, suave y radiante, sigue leyendo. ¿Notas tu piel con rojeces, tirante e irritada? Estos son los primeros síntomas de la deshidratación.
Las células que componen nuestra piel tienen un sistema de hidratación natural que la mantiene en condiciones óptimas. El sol, entre otros agentes externos, ataca a este mecanismo y con ello, disminuye la cantidad de agua provocando la deshidratación.
3. Manchas
Las temidas manchas suelen estar provocadas por la exposición solar y sin duda, es uno de los factores que más preocupan. Aparecen lentigos solares de un tono café oscuro, quemaduras o manchas blancas.
La luz del sol desencadena la producción de melanina y es la causa número 1 de la hiperpigmentación en la piel, causando manchas en zonas visiblemente expuestas.
4. Falta de luminosidad
La acumulación de células muertas o la falta de vitamina C son responsables de la piel apagada. Y no solo las pieles maduras tienen falta de luminosidad, incluso una piel joven puede verse totalmente apagada si no se cuida debidamente.
Seguro que durante estas semanas has notado alguno de estos efectos en tu piel. Te proponemos conocer nuestra rutina para pieles con manchas:
Comienza limpiando el rostro con nuestra agua micelar trifásica limpiadora. Una solución compuesta con ácido hialurónico de bajo peso molecular, ayudando a que los productos que apliquemos posteriormente penetren mejor en la piel y a conseguir una hidratación profunda. La vitamina C estabilizada que contiene ejerce una acción clarificante para lograr un tono de la piel que sea luminoso, uniforme y revitalizado.
También recomendamos como producto complementario nuestro microgel volcánico exfoliante para renovar tu piel. Su doble acción estimulará la regeneración natural de la piel. Las microcápsulas de carbón activo encapsulado, se funden en tu piel al aplicarse para conseguir una acción purificante en profundidad. Conseguirás eliminar las impurezas de forma eficaz.
Posteriormente, para el cuidado de día, recomendamos nuestra Mela White, una crema despigmentante a base de niacinamida que ayudará a combatir las manchas independientemente de cuál sea su origen y aclarará y reducirá la intensidad de la pigmentación si las manchas ya existen. Se puede usar en todos los fototipos de piel, y cuenta con SPF30 para proteger la piel de la luz solar.
Para la noche, es ideal utilizar nuestro bálsamo renovador luminoso. Aplicándolo con la piel limpia, provoca un efecto renovador de la piel que, noche tras noche, garantiza una exfoliación segura y eficaz. Potencia la regeneración natural de la piel estimulando su renovación durante la noche para despertar con una piel lisa, retexturizada, y radiante.
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